Ballestone Pickups es un pequeño taller especializado en la fabricación, reparación y restauración de pastillas y electrónica de guitarras y bajos eléctricos. Está situado en Algezares (un pueblo cerca de la ciudad de Murcia, España).

Las pastillas Ballestone son de la calidad más alta y su diseño y construcción son el fruto de años de experiencia. Ofrecemos reproducciones fieles de las míticas pastillas de los años 50 y 60, además de otros modelos de pastillas construidas con las técnicas y materiales más avanzados.  Para lograr el mejor resultado posible las pastillas Ballestone están fabricadas de una en una, con la mayor atención al detalle, utilizando componentes de la más alta calidad (muchos de ellos de fabricación propia).

Si buscas que tu instrumento tenga un sonido especial, estás en el lugar correcto.

¿Cómo empiezo a fabricar pastillas?

En 2009 terminé de estudiar radiodiagnóstico. De todos los aparatos que hay en un servicio de radiodiagnóstico el que más me gustaba era el de resonancia magnética. Me puse a estudiar física solo para entender bien su funcionamiento. Unas de las piezas principales de los aparatos de resonancia magnética son las bobinas. Aprendí todo sobre el diseño y funcionamiento de esos componentes. Un día me topé con un artículo donde para explicar cómo trabajan esas bobinas, se comparaban con el funcionamiento de las pastillas de las guitarras eléctricas. Así que cogí la Stratocaster que tenía en aquel momento y empecé a aplicar todo lo que había aprendido sobre bobinas de resonancia magnética al diseño y fabricación de pastillas.

Con el fin de mejorar mis conocimientos, pronto empecé a reparar y modificar pastillas gratis, a modo de hobby. Gracias a eso he trabajado y estudiado en profundidad prácticamente toda clase de pastillas antiguas y modernas. Incluyendo PAF, P90, stratocaster originales de los años 50, T-Tops de finales de los 60, gold foil, filtertron, etc.

Como vi que el asunto me gustaba realmente, tomé como objetivo montar un taller donde se fabricasen pastillas de la mejor calidad posible. Poco a poco fui adquiriendo todo tipo de maquinaria y herramientas especializadas para la fabricación y restauración de pastillas y sus componentes.

Sobre los materiales que utilizo

El sonido final de una pastilla es el resultado de la calidad de sus materiales y de cómo están ensamblados y calibrados. Solo utilizo una selección de los mejores materiales, las mejores herramientas y los mejores métodos de fabricación. Todo este proceso es el resultado de años de investigación, estudio y práctica, y  es algo que se continúa perfeccionando cada día.

He pasado años analizando de todas las formas posibles (incluyendo espectroscopias) los materiales de pastillas antiguas y modernas, y he hecho todo tipo de mediciones y pruebas comparativas para distinguir que características de la pastilla afectan realmente al tono. Eso hace que pueda escoger los materiales que utilizo con cierto conocimiento de causa.

Cuando digo que mis pastillas están “fabricadas en España”, no me refiero solamente a que estén ensambladas aquí, muchos de sus componentes también están realmente fabricados en aquí. Algunos de ellos no los vas a encontrar en pastillas de otros fabricantes. Por ejemplo: mi réplica de P.A.F. tiene cubiertas, slugs y separadores de fabricación propia. Los componentes que aún no puedo hacer yo mismo están construidos por los mejores fabricantes del mundo.

Los imanes que utilizo los consigo de dos empresas especializadas (una europea y otra estadounidense) utilizando las fórmulas y procedimientos más correctos para cada tipo de imán.

Respecto al hilo de cobre, lo distingo en 2 categorías: el fabricado recientemente, y el antiguo o N.O.S. (new old stock). Del fabricado recientemente tengo más de 15 clases distintas con diferente grosor del conductor de cobre, distinto grosor y composición de la capa aislante y distintos grados de tolerancia, algunos son carretes de hilo réplica exacta del antiguo y otros son de hilo de características más modernas que también tienen su utilidad en el mundo de las pastillas de guitarra y bajo.

También tengo una cantidad respetable de hilo antiguo o N.O.S. (New Old Stock) de los calibres correctos para pastillas "vintage" (42 y 43 AWG son los calibres realmente utilizados en las pastillas Gibson y Fender de los años 50 y 60 que tanto gustan, además de otros calibres para pastillas menos conocidas). Lo utilizo principalmente en restauraciones, que para mí es la única aplicación en la que realmente tiene sentido utilizar hilo antiguo (más que nada por el tema de usar materiales de la época) pues según las pruebas que he hecho, un hilo de fabricación reciente adecuadamente seleccionado es indistinguible de uno N.O.S. de las marcas consideradas "pata negra" (Essex y Belden, de las que tengo unos cuantos carretes de calibre 42 y 43 AWG) por lo que en mi opinión hacer pastillas nuevas con hilo antiguo no tiene ninguna ventaja real más allá del "mojo"... si dijese otra cosa, o tratase de vender el hilo N.O.S. como una mejora técnica, estaría mintiendo. El hilo N.O.S. es caro por su escasez, no por ser distinto o mejor que uno actual seleccionado de manera adecuada (no vale cualquiera). Por supuesto, si quieres unas pastillas nuevas bobinadas con hilo N.O.S. te las podría construir, pero costarían más.

Hilo de cobre N.O.S. de varios tipos y épocas distintas, muy útil para restauraciones.

Maquinaria

Cuento con la maquinaria necesaria para mecanizar cubiertas, slugs, keepers, separadores, cortar fibra vulcanizada, moldear ciertos plásticos, etc. También con las herramientas para realizar mediciones con precisión (medidor LCR, osciloscópio, etc) y para trabajar con imanes (magnetizador de imanes, gaussímetro profesional, visor magnético, etc).

Utilizo seis bobinadoras distintas, una con guiado de hilo manual y cinco con guiado automático. Son una selección de las mejores bobinadoras, antes de quedarme con estas he pasado años probando todo tipo de bobinadoras antiguas y modernas. Entre todas cubren todas las necesidades posibles a la hora de construir o restaurar cualquier pastilla de la mejor manera posible.

Las bobinadoras automáticas me permiten controlar el "patrón de bobinado", que es la forma en la que se coloca el hilo de cobre sobre la bobina de la pastilla, su tensión, las vueltas de hilo que hay en cada capa y como éstas están repartidas (si de forma uniforme a lo largo de toda la bobina, o acumuladas en lugares concretos).  El patrón de bobinado es una especificación técnica importante, que (posiblemente por su complejidad) la mayoría de fabricantes "boutique" suelen dejar de lado,  pero lo cierto es que distintos patrones de bobinado van a tener distintos efectos en el sonido final, de hecho, afecta mucho más al sonido final que otras especificaciones en las que se suele hacer más hincapié (como que el hilo de cobre sea "N.O.S.", las bobinas sean de butyrate, etc). 

Una de mis bobinadoras automáticas es moderna, va muy bien para los trabajos que requieren muchísima precisión y linealidad. Las otras cuatro son máquinas de los mismos modelos de las que utilizaron Gibson, Fender y DeArmond durante los años 50 y 60, están en un estado excelente y bobinan exactamente igual que cuando eran nuevas. Las utilizo para restauraciones, construir réplicas y diseños propios. Por supuesto, las bobinadoras antiguas no son "mágicas" ni nada de eso, pero pienso que cuando se trata de restaurar una pastilla antigua (o construir una réplica lo más fiel posible) la forma más efectiva de lograr el mismo patrón de bobinado es utilizando bobinadoras del mismo modelo que las originales configuradas de la forma correcta. También pienso que parte de la "gracia" de restaurar una pastilla o construir una réplica está en recrear de la manera más fiel posible todo el proceso con el que se hizo originalmente, incluyendo el bobinado.


Bobinadora manual

Mi bobinadora manual no tiene ningún misterio, es una réplica las bobinadoras “caseras” que utilizaba Fender durante sus primeros años. Está construida con el mismo motor, pedal, dimensiones, etc que las originales.

La utilizo cuando tengo que rebobinar pastillas Fender antiguas construidas originalmente con ese tipo de máquina, para hacer réplicas, o para algunos diseños propios.

Meteor ME-307 "Custom"

La Meteor 307 es una bobinadora moderna fabricada en Suiza. Extremadamente precisa, su punto débil es que de serie no es muy configurable, la he modificado para mejorar notablemente ese aspecto (de ahí lo de "Custom").

Coweco WX

Fabricada en Estados Unidos a mitad de los 50, la Coweco WX es posiblemente la mejor bobinadora mecánica de producción a pequeña escala jamás construida. Lo que la hace especial es que (gracias todas las opciones que trae de serie y a un par de añadidos propios) es extremadamente configurable.

La utilizo principalmente cuando tengo que bobinar una pastilla con un patrón de bobinado que no pueda lograr con mis otras máquinas.

Como dato curioso, parece ser que Fender conserva una Coweco fabricada en 1956 (una versión más básica y menos configurable). Hay cierto debate sobre si realmente la llegaron a utilizar como máquina de producción. Unas personas dicen que solo se utilizaba para desarrollar nuevos modelos. Otras con cierto renombre dentro del mundillo afirman haber encontrado algunas pastillas de stratocaster de 1962-63 con marcas de haber sido colocadas en una Coweco y bobinadas con el patrón estándar de esta máquina.  Por mi parte, hasta que no vea por mi mismo una pastilla original con esas características, esa información prefiero cogerla con pinzas.

Leesona 102 / BT-L102

Posiblemente la bobinadora clásica  más conocida. Este modelo fue utilizado por Gibson y DeArmond en los 50 y 60. Con ella se bobinó el grueso de la producción de las míticas P.A.F. de finales de los 50, Gold Foil, Dynasonic, etc.

Es extremadamente difícil de conseguir y hasta donde sé, a día de hoy solo otros 2 fabricantes de pastillas cuentan con máquinas de este tipo. Lo que diferencia a la Leesona 102 de otras bobinadoras de su época es el grado de tolerancia del mecanismo que utiliza para mover de izquierda a derecha la barra transversal que se encarga de repartir el hilo.

Ante la imposibilidad de encontrar una de estas máquinas completa, a lo largo de los años he juntado todas las piezas originales que he ido encontrando (además de documentación técnica y planos originales) hasta tener lo necesario para montar una de estas bobinadoras totalmente funcional. Las pocas piezas que no he logrado encontrar, que son principalmente las del chasis, están construidas según las especificaciones originales (por eso prefiero llamarla "BT-L102"). Todo está ensamblado y calibrado siguiendo la documentación técnica original. Gracias a que su mecanismo está construido con piezas que no han sido utilizadas con anterioridad, posiblemente sea la bobinadora modelo 102 con menos "kilómetros" que existe.

La máquina ya está bobinando pastillas, pero aún estoy terminando la parte estética del chasis, que aún necesita pulir algunos detalles.

Meteor ME-301

La ME-301 es una bobinadora semi-electrónica fabricada en Suiza. A lo largo de los años se construyeron muchas versiones diferentes de esta máquina. Unas versiones específicas para el mercado americano fueron muy utilizadas por Gibson y Fender, sobre todo durante los años 60 y 70. Estas versiones americanas se diferencian de sus equivalentes europeos en que algunas partes electromecánicas que afectan al funcionamiento de la máquina son diferentes. Eso provoca que cuando están configuradas para trabajar con hilo muy fino (como el de las pastillas), produzcan patrones de bobinado distintos, es decir, no bobinan igual. Esa es la razón por la que las máquinas europeas en principio no son válidas para el tema de restaurar pastillas o para construir réplicas (quizás por eso no son muy populares entres los fabricantes de pastillas europeos). Por supuesto, mis ME-301 producen los mismos patrones de bobinado que las utilizadas por Gibson y Fender.

Existen fotografías y videos de los años 60 donde se ve que las Meteor de Gibson y Fender estaban configuradas de forma diferente, con tensores y guías de hilo distintos. Las Me-301 de Fender utilizaban unas guías y tensores muy específicos fabricados por Meteor, mientras que en Gibson utilizaban las mismas guías Meteor ligeramente modificadas y tensores de pinza muy similares a los que venían usando en otras de sus bobinadoras desde los 50. Tengo una Me-301 configurada como las de Gibson y otra como las de Fender.

Es difícil decir en que momento exacto en Fender y Gibson comenzaron a utilizar este modelo de máquina. En el caso de Fender, la creencia más extendida es que hasta 1965 todo se bobinaba a mano. Por el contrario, A.R. Duchossoir en la página 57 de la edición de 1994 de su libro "The Fender Stratocaster" dice que el bobinado a máquina empezó a introducirse de forma gradual en 1960. Para este este tipo de cosas solo me fío de lo que he visto por mi mismo, y lo que he comprobado a través de estudio y reparación de pastillas Fender de la primera mitad de los 60 es que efectivamente el bobinado a máquina se introdujo de forma gradual en algún momento a principios de la década de los 60 (primero unos modelos y luego otros, posiblemente empezando por los steel y siguiendo por los bajos), y que para el 64 casi todo se bobinaba a máquina. Por ejemplo, de momento todas las pastillas de Stratocaster posteriores a noviembre del 63 que he visto estaban originalmente bobinadas máquina.

En el caso de Gibson, en guitarras fabricadas a partir de 1958 se empiezan a ver algunas pastillas bobinadas con el patrón típico de la versión americana de esta máquina, pero no es hasta 1961 cuando casi toda la producción pasa  bobinadoras Me-301.

De todas las bobinadoras que tengo, estas son sin duda las que más mantenimiento requieren. Como el objetivo es que bobinen igual que las Meteor de Fender y Gibson cuando eran nuevas, hay que vigilar a menudo el estado de algunos de sus componentes mecánicos y electrónicos, pues su desgaste también afecta mucho al patrón de bobinado. Tengo la suerte de haber conseguido muchísimos repuestos, por lo que no voy a tener problema en mantenerlas funcionando "como nuevas" durante muchos años. Comparadas con mis otras bobinadoras, también son las que consumen más energía. En general se nota que son un tipo de máquina diseñada para la producción en masa, de ahí que Fender y Gibson terminasen decantándose por ella en los 60.

Geo Stevens

Es un modelo de bobinadora extensamente utilizado por Gibson durante durante los años 50, con ella se bobinaron P90, P13, Staple, las primeras P.A.F, etc. En  el capítulo 8 del libro "Gibson Electrics - The Classic Years" escrito por A.R. Duchossoir aparece una foto sacada durante la década de 1950 donde se ve este tipo de máquina bobinando en la fábrica de Gibson en Kalamazoo.

La restauración de la parte mecánica de mi Geo Stevens está terminada, pero al igual que con la leesona tengo que pulir los detalles estéticos.

Sobre el bobinado a mano y el bobinado a máquina

Esta es una cuestión que a día de hoy es absurdamente controvertida. Es un tema mucho más complejo de lo que se suele decir, intentaré dar mi opinión de la forma más resumida posible.

Existen dos técnicas de bobinado: manual y a máquina. A mí me gusta bobinar de ambas formas, según lo que crea mejor para cada caso.

Utilizar un método u otro va a afectar mucho al patrón de bobinado, que es la forma en la que se coloca el hilo de cobre sobre la bobina de la pastilla, su tensión, las vueltas de hilo que hay en cada capa y como éstas están repartidas (si de forma uniforme a lo largo de toda la bobina, o acumuladas en lugares concretos).  El patrón de bobinado es una especificación técnica importante, que (posiblemente por su complejidad) la mayoría de fabricantes "boutique" suelen dejar de lado, pero lo cierto es que distintos patrones de bobinado van a tener distintos efectos en el sonido final, de hecho, afecta mucho más al sonido final que otras especificaciones en las que se suele hacer mucho hincapié (como que el hilo de cobre sea "N.O.S.", las bobinas sean de butyrate, etc).

En el bobinado manual el hilo se guía (y en muchos casos también se tensa) utilizando los dedos. Su principal desventaja es que, debido a la imposibilidad real de controlar el patrón de bobinado, el resultado final es muy variable. Su principal ventaja es que el coste de la máquina es muy bajo y necesita muy poco mantenimiento. Bobinar a mano es sin duda la forma más barata de producir pastillas a pequeña escala.

En el bobinado a máquina el guiado del hilo se hace de forma automática. Su principal ventaja es que permite controlar el patrón de bobinado. El resultado final depende directamente de las características intrínsecas de la máquina (limitaciones, márgenes de tolerancia, etc) y de cómo esté configurada, es decir, si tienes una bobinadora capaz de producir un patrón adecuado para el sonido que buscas y además sabes utilizarla, el resultado va a ser la mejor bobina posible. Su desventaja es que este tipo de máquinas son muy caras, necesitan bastante mantenimiento, además del tiempo necesario para aprender a controlarlas correctamente (este es un detalle importantísimo).

Históricamente, en Fender bobinaron a mano durante sus primeros años, no está claro en que momento comenzaron a bobinar a máquina. La creencia más extendida es que hasta 1965 todo se bobinaba a mano. Por el contrario, el historiador A.R. Duchossoir en su libro "The Fender Stratocaster" dice que el bobinado a máquina empezó a introducirse de forma gradual en 1960. Para este tipo de cosas solo me fío de lo que he visto por mi mismo, y lo que he comprobado a través de estudio y reparación de pastillas Fender de la primera mitad de los 60 es que efectivamente el bobinado a máquina se introdujo de forma gradual en algún momento a principios de la década de los 60 (primero unos modelos y luego otros, posiblemente empezando por los steel y siguiendo por los bajos), y que para el 64 casi todo se bobinaba a máquina. En el caso concreto de las Stratocaster, todas las pastillas de guitarras fechadas a partir de noviembre del 63 que he visto estaban bobinadas originalmente a máquina (eso incluye a las famosas serie L del 63-64, que traen las que para mucha gente son las mejores pastillas de ST que Fender ha fabricado). Como dato curioso, hay muchas pastillas Fender antiguas bobinadas a máquina que por su aparente irregularidad en la bobina a simple vista parecen estar bobinadas a mano, pero cuando las desenrollas te das cuenta de que cada capa de hilo de cobre tiene el mismo número de vueltas, signo inequívoco de que están bobinadas a máquina, y que su irregularidad seguramente se deba a una mala configuración del sistema de guiado del hilo o a una mala colocación de la pastilla en la máquina.

En el caso de Gibson, de momento todas las pastillas que he visto estaban bobinadas a máquina, la más antigua que he reparado era de 1948. Toda la producción de las míticas P90 y P.A.F. de los 50 y 60 fue bobinada a máquina utilizando máquinas automáticas de distintos modelos que producen varios patrones de bobinado muy concretos, que nada tienen que ver con el bobinado a mano.

Las que para mucha gente son las mejores pastillas de la historia (las humbucker del 58-60 y las de stratocaster del 63-64) fueron producidas con bobinadoras automáticas.

La controversia viene porque en los últimos años (en parte por la publicidad intensiva de muchos fabricantes "boutique") se ha extendido la creencia de que una pastilla bobinada a mano es siempre superior una bobinada a máquina. Las personas que defienden esta idea suelen argumentarlo dando la siguiente explicación, que hasta donde se, nació a principios de los 80 como parte del marketing de un pequeño fabricante de guitarras, y que pronto se extendió como la explicación genérica sobre este asunto:

"Las bobinas de las pastillas hechas a máquina tienen cada vuelta de hilo enrollada de manera uniforme y apretada una contra otra, lo que hace que sean casi una masa sólida de cobre.

En las pastillas bobinadas a mano el hilo está repartido de forma desigual. El entrecruzamiento de las diferentes vueltas deja muchos pequeños espacios abiertos entre cada capa, lo que permite que el campo magnético sature mejor la bobina.

Al bobinar de manera desigual, reducimos la capacitancia entre las capas de la bobina, lo que ayuda a que la carga eléctrica opere de manera más eficiente expandiendo el tono, sobre todo los agudos, enriqueciendo el tono."

Sin ningún ánimo de menospreciar las ideas de nadie, tengo que decir esa explicación no es correcta. No tiene sentido. Parte de la creencia equivocada de que una pastilla bobinada a máquina necesariamente va a tener un patrón de bobinado "perfecto" y apretado, y con tal cantidad de tensión que el hilo va a quedar casi como "una masa sólida de cobre", cuando eso no es cierto. Precisamente la ventaja de bobinar a máquina es que puedes controlar ese tipo de cosas y otros muchos parámetros imposibles de controlar bobinando a mano. Después, interpreta de forma muy errónea la manera en que funciona la capacitancia de una bobina (este tema es muchísimo más complejo). De hecho, si realmente fuese así de simple, la mejor forma de lograr ese entrecruzamiento entre hilos y el espacio entre capas no sería bobinando a mano, sería con una bobinadora automática configurada con patrón muy abierto (y con un número de vueltas por capa  variable, si quieres que cada capa sea distinta de la anterior). En definitiva, se nota mucho que es una explicación que está más dirigida a formar parte de una campaña publicitaria que a explicar el funcionamiento real de una pastilla.

Otro mito es que bobinando a máquina ahorras tiempo y esfuerzo. Imagino que eso será cierto cuando bobinas las pastillas de 10 en 10, en mi caso lo hago de 1 en 1 y puedo garantizar que tardo más tiempo solamente en configurar cualquiera de mis bobinadoras automáticas de lo que tardo cuando me pongo a bobinar a mano directamente, y que el esfuerzo de aprender a controlar y a hacer el mantenimiento de las máquinas fue mucho mayor que el de aprender a bobinar a mano. 

Otra manera en la que se critica el bobinado a máquina es diciendo que eso hace que una pastilla no sea "artesanal" o "hecha a mano". No soy quién para decir lo que es o no es artesanal, pero sabiendo que el bobinado (sea a mano o máquina) es la parte más corta del proceso de fabricación de una pastilla, pienso que el grueso del trabajo que realmente podría considerarse artesanal está en la fabricación de las piezas de la pastilla a partir materiales seleccionados, el ensamblaje cuidadoso, los controles de calidad en todas las fases de la fabricación, la calibración de la carga de los imanes, etc. Personalmente, considero más artesanal una pastilla construida con componentes de fabricación propia y bobinada a máquina con un patrón especialmente estudiado para el sonido que se busca, que una bobinada a mano y construida con las mismas piezas prefabricadas en masa que utilizan otros cientos de "fabricantes de pastillas".

En mi opinión, de las dos formas se pueden lograr buenas pastillas, pero hay que conocer las limitaciones de cada método, y pienso que es un error muy grande creer ciegamente las propiedades casi mágicas que desde la publicidad muchas veces se le atribuyen al bobinado a mano.

Al final, el sonido de una pastilla es la suma de muchos pequeños detalles, y pienso que utilizar el patrón de bobinado más correcto para cada caso es uno de los detalles importantes.